Un Porcentaje Alto De Personas Con Glaucoma No Lo Sabe

Glaucoma es una enfermedad de carácter degenerativo que no causa dolor ni tiene síntomas visuales evidentes hasta que no se encuentra en un estado avanzado. Además, tiene una evolución lenta que se ha ganado la denominación de síndrome del ladrón silente, dificultando el diagnóstico hasta convertirse en uno de los principales retos que tiene el glaucoma.

Una buena parte de los diferentes tipos de glaucoma no pueden ser prevenidos, por lo que una detección precoz hace posible que se minimicen sus síntomas, retrasando la evolución y reduciendo la probabilidad de que pase a ser una ceguera irreversible. Este es el principal problema que tiene esta enfermedad, que actualmente es la primera causa de ceguera que es prevenible e irreversible en nuestro país.  La padecen actualmente alrededor de un millón de españoles.

Los pacientes pueden ir perdiendo su campo visual de forma progresiva sin darse cuenta. Hay que concienciar a la sociedad sobre la importancia que tiene un diagnóstico precoz, pues aproximadamente la mitad de las personas que sufren la enfermedad está sin diagnosticar.

La mejor forma de evitarla pasa por realizar una revisión cada año y medio. Aquellas personas que tengan más de 50 años, o que tengan antecedentes familiares, diabetes o alta miopía, deberían tener una mayor precaución.

A la hora de conseguir este diagnóstico precoz. García Feijoo subraya la importancia de acudir de forma periódica al oftalmólogo, pues los exámenes ópticos de graduación habituales no son suficientes para la detección de la enfermedad, especialmente a partir de los 50/55 años. En esta edad es cuando se considera que el riesgo de desarrollar glaucoma aumenta de forma notable.

No contamos con el hábito de revisarnos los ojos con asiduidad a la hora de prevenir o detectar diferentes enfermedades, debiendo tener en cuenta que las revisiones son la única forma posible de diagnosticar un glaucoma lo más pronto posible y así comenzar a tratarlo.

Buscando biomarcadores

El tratamiento más común está centrado en los fármacos hipotensores, pero en casos necesarios puede acudirse a terapias láser y la cirugía, dependiendo todo ello del nivel de presión ocular, tipo de glaucoma o estadio en que se encuentre la enfermedad. Lo que hay que tener en cuenta es que todos ellos se enfocan a frenar el avance de una enfermedad que es irreversible. El futuro pasa por la búsqueda de biomarcadores proteicos de la enfermedad y el estudio de los genes de riesgo asociados.

Identificar los biomarcadores hace posible distinguir bioquímicamente entre los diferentes tipos de glaucoma y así poder estimar la progresión de la enfermedad,  ayudando además a diagnosticar de forma precoz a los individuos afectados por la enfermedad y así pudiendo abordar el tratamiento en etapas tempranas, lo que reduce de forma considerable la pérdida de visión, que se va produciendo en los pacientes que tienen glaucoma antes de que se les diagnostique.

Pérdida de visión que se va produciendo en los pacientes glaucomatosos antes de ser diagnosticados», concluye.

El Glaucoma, una enfermedad problemática

El glaucoma es una enfermedad degenerativa que no causa en el paciente que la sufre ni dolor ni tiene unos síntomas visuales evidentes hasta que se encuentra en un estado avanzado. Además, tiene una evolución lenta, que hace que sea complicado su diagnóstico, siendo este uno de los principales retos del glaucoma.

La mayor parte de los diferentes tipos de glaucoma no pueden ser prevenidos, por lo que detectar la enfermedad de manera precoz hace posible que se minimicen sus síntomas, retrasando su evolución y reduciendo la probabilidad de que derive en la temida ceguera irreversible.

Lo triste de esta enfermedad es que sus síntomas parecen cuando ya es tarde y la enfermedad ya está avanzada. Medio millón de españoles la padecen sin saberlo. Esta enfermedad ocular, su principal efecto es que causa la pérdida de visión por el daño progresivo que se produce en el nervio óptico.

El glaucoma es la segunda causa de ceguera en nuestro país después de las cataratas. El principal factor de riesgo es la hipertensión ocular, de forma que, si la presión en el interior del globo ocular aumenta, se comprime el nervio óptico y se dañan las neuronas que lo forman, dando como resultado la muerte celular de ésta y reduciéndose así el campo visual del paciente.

«La peculiaridad de esta enfermedad es que, en su fase inicial, los glaucomas más frecuentes son asintomáticos y no notas la pérdida de visión», según comenta a la presidenta de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF), Delfina Balonga. Por este motivo son fundamentales las revisiones fundamentales oftalmológicas periódicas, donde el especialista comprueba el estado en el que se encuentran las fibras del nervio óptico y si existe degeneración.

Estas revisiones lo más recomendable es hacerlas cada 3 años a partir de los cuarenta años y anualmente a partir de los 45/50 años. El diagnóstico del glaucoma suele realizarse mediante un estudio donde se mide la tensión ocular, un examen del nervio óptico y en caso de duda se pasa a evaluar el campo visual.

La ceguera es el último punto en el glaucoma y suele darse en glaucomas que llevan muchos años de curso. Su detección precoz hace posible una variedad mayor de tratamiento, los cuales van, desde la aplicación de colirios a la intervención quirúrgica.

Continuar con el tratamiento es importante para medir la evolución de la patología, puesto que la enfermedad causa una serie de limitaciones en el día a día de quien la padece que necesitan de la adaptación del paciente. No es sencillo y cuando la enfermedad está muy avanzada, los síntomas más frecuentes suelen ser los de tener dificultad para enfocar bien o dolor de cabeza entre otros.

Cuando se produce la ceguera, está en el último estadio de la enfermedad y suele darse en glaucomas que llevan muchos años, siendo muy agresivos o que no se han tratado debidamente.

Esperamos que después de este artículo, si estas entre las personas que por edad o por motivos familiares te hagan una revisión. Así tendrás mayor seguridad y podrás en el futuro ir controlando tu visión debidamente.

Esperamos que después de este artículo tengas más claros cuales son los principales tipos de problemas visuales.

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Fernando Muro

Fernando Muro

Optometrista & marketers con una mente inquieta, apasionado de la montaña, las nuevas tecnologías y la formación online.

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