El Glaucoma, una enfermedad problemática
El glaucoma es una enfermedad degenerativa que no causa en el paciente que la sufre ni dolor ni tiene unos síntomas visuales evidentes hasta que se encuentra en un estado avanzado. Además, tiene una evolución lenta, que hace que sea complicado su diagnóstico, siendo este uno de los principales retos del glaucoma.
La mayor parte de los diferentes tipos de glaucoma no pueden ser prevenidos, por lo que detectar la enfermedad de manera precoz hace posible que se minimicen sus síntomas, retrasando su evolución y reduciendo la probabilidad de que derive en la temida ceguera irreversible.
Lo triste de esta enfermedad es que sus síntomas parecen cuando ya es tarde y la enfermedad ya está avanzada. Medio millón de españoles la padecen sin saberlo. Esta enfermedad ocular, su principal efecto es que causa la pérdida de visión por el daño progresivo que se produce en el nervio óptico.
El glaucoma es la segunda causa de ceguera en nuestro país después de las cataratas. El principal factor de riesgo es la hipertensión ocular, de forma que, si la presión en el interior del globo ocular aumenta, se comprime el nervio óptico y se dañan las neuronas que lo forman, dando como resultado la muerte celular de ésta y reduciéndose así el campo visual del paciente.
«La peculiaridad de esta enfermedad es que, en su fase inicial, los glaucomas más frecuentes son asintomáticos y no notas la pérdida de visión», según comenta a la presidenta de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF), Delfina Balonga. Por este motivo son fundamentales las revisiones fundamentales oftalmológicas periódicas, donde el especialista comprueba el estado en el que se encuentran las fibras del nervio óptico y si existe degeneración.
Estas revisiones lo más recomendable es hacerlas cada 3 años a partir de los cuarenta años y anualmente a partir de los 45/50 años. El diagnóstico del glaucoma suele realizarse mediante un estudio donde se mide la tensión ocular, un examen del nervio óptico y en caso de duda se pasa a evaluar el campo visual.
La ceguera es el último punto en el glaucoma y suele darse en glaucomas que llevan muchos años de curso. Su detección precoz hace posible una variedad mayor de tratamiento, los cuales van, desde la aplicación de colirios a la intervención quirúrgica.
Continuar con el tratamiento es importante para medir la evolución de la patología, puesto que la enfermedad causa una serie de limitaciones en el día a día de quien la padece que necesitan de la adaptación del paciente. No es sencillo y cuando la enfermedad está muy avanzada, los síntomas más frecuentes suelen ser los de tener dificultad para enfocar bien o dolor de cabeza entre otros.
Cuando se produce la ceguera, está en el último estadio de la enfermedad y suele darse en glaucomas que llevan muchos años, siendo muy agresivos o que no se han tratado debidamente.
Esperamos que después de este artículo, si estas entre las personas que por edad o por motivos familiares te hagan una revisión. Así tendrás mayor seguridad y podrás en el futuro ir controlando tu visión debidamente.
Esperamos que después de este artículo tengas más claros cuales son los principales tipos de problemas visuales.
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